El entretenimiento no requiere de grandes
presupuestos. La diversión vive a medio camino entre la creatividad y la
autosuficiencia, y esa distancia fronteriza se recorta con tijeras. Algo tan
simple como una caja de cartón puede convertirse en un juguete fabuloso.
Jugar
con cajas hará que el niño desarrolle sus destrezas motoras, la imaginación, el
pensamiento crítico y el juego simbólico. Una actividad que para esas tardes
aburridas que no se sabe a qué jugar con los niños nos viene muy bien.
Una divertida cocinita, un bonito avión
para imaginarnos en el cielo, un buzón para recibir la correspondencia y una
moto para ir a toda velocidad de habitación en habitación, son algunas de las
creativas propuestas que aquí les
dejamos.